jueves, 1 de junio de 2017

Día n+2



Entre estos hilos que cortan mis manos, existe una niebla espesa, que va dibujando formas en mi cabeza, no puedo oírte, todo se apaga, y afuera la lluvia, no deja de recordarnos, que aún después del sueño más grandioso días fríos han de venir.
Me siento como el viento ahora, ligera y espesa, densa en la atmósfera gris, sugiere no hacer ningún movimiento, creaciones terribles podran venir a arrebatarnos aquellos sueños tejidos de noche.

Silencio

Quieta


Como va siendo necesario todo cuanto está aquí, lo denso de mis tempestades pronto estará por subir.
Ya casi está todo y cuanto por desaparecer, y ni tu recuerdo quedará, es sólo un tramo y lo sé, pero desde hace cuanto que voy sintiendo la vida en mí, como en carne viva, cada cosa va siendo y real.

Ha de morir hoy una parte de mí, lo sé... Ojalá y la neblina se lleve mis miedos.

Te pienso entonces en un último esfuerzo, siendo lo vasto de un paraje salvaje, ahí fusionado con las colinas, las rocas y sus dulces aguas, pétreo entre manglares, indómito entre surcos, árboles gigantes, es la sabiduría que se manifiesta en tí.

Recuerdo entonces haberte visto entre selvas y lo espeso del verde, en aquel sueño dorado que nos trajo a este punto, a estas letras.

Vuelvo a imaginarte en ese espacio inmenso y quieto, como si aquel fuera tu fin, destino, como si a poco, paso a paso fueran yendo tus raíces dormidas, como si por algún encantamiento poco a poco, paso a paso, aquellas células ancestrales dormidas en tí supieran de su destino, como si tus pies, aquellos descalzos supieran ya por que caminos recorriste, te veo como el viento que trae noticias de un lugar de ensueño, soplando en su nota triste posibles alegrías, tiempos de esperanza, alguna quizás que tus ojos cansados y sollozantes ya no podrán alcanzar a ver, y como si lo supieras, lentamente, poco a poco brota de tu sabia dulces notas de esperanzas, lanzadas al universo para que aquellas semillas que dormitan bajo tu sombra esperando encontrar luz puedan recibirlas y saberse que algún día descubrirán lo que tú también hallaste.

Y vuelvo a imaginarte, alto y grande como aquellos árboles, que cobijan y soportan las tempestades, los días sin agua, lluvias torrenciales, y aún puede quedarse quieto, no por desesperanza sino por convicción...
Ahora me habla tus ancestros noble roble, y mis manos se congelan cuando intento verte, ahora ya no es tu primavera, entramos al invierno de tu cálido corazón. Cuántas historias haz de guardar, cuántos inviernos haz de sobrevivir, siento tu soledad en el devaneo de tus hojas, como si ya estuvieras predestinado a ella, más no estás solo, y si tu me vez, yo voy a tu costado componiéndote estas notas





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